Todo estaba vacío

Lúcido de Alba nos invita… al vacío; aquel sinsabor que llevamos en la espalda, en la necedad de ver sustancia donde no la hay, allí, donde se encierran la obsesión y la locura. Arrojarnos al abismo es tanto la dosis como la medicina. Un lugar donde el amor tiene alas y brújula, y el retrato se vislumbra con los ojos… pero se pinta con la esperanza. Un encuentro íntimo al filo de dos mundos, el que llevamos dentro, y el que existe a pesar de nuestra soberbia. Christopher Fred Smith Behn, author.

Lúcido de Alba nos invita… al vacío; aquel sinsabor que llevamos en la espalda, en la necedad de ver sustancia donde no la hay, allí, donde se encierran la obsesión y la locura. Arrojarnos al abismo es tanto la dosis como la medicina. Un lugar donde el amor tiene alas y brújula, y el retrato se vislumbra con los ojos… pero se pinta con la esperanza. Un encuentro íntimo al filo de dos mundos, el que llevamos dentro, y el que existe a pesar de nuestra soberbia. Impulso que abre los ojos en el entorno que lo ha cobijado, atrayendo el paso para habitar el instante presente, reconocerse y "… salir del laberinto". Un encuentro valiente, si bien temeroso, para adentrarse en la pared de la confusión. Ante la disyuntiva, el recurso por absurdo que parezca es embestir el mortero para perderse en el vacío. Volar en el abismo tal vez, y caer también; pero en todo caso surcar las atmósferas de la locura y trascender "la guerra que empieza en el alma". Identificamos los sospechosos únicos, todos al alcance de nuestra realidad y memoria, (nuestras células atormentadas por el tiempo, la búsqueda y el trayecto). Esta guerra no se gana ni se pierde, se vive; y es allí precisamente donde Lúcido parece evidenciar el porqué del trayecto calendarizado… cuál pedazo de pan para atraer cuervos, migajas que evidencian ratas, y los bichos que toman ruta comiéndose uno a uno y unos mismos, sin saberlo. A pesar del pasar, los días no avanzan… se destilan; el Alma recurre al resguardo, intoxicado este en la mixtura de la incomprensión y el potencial. Avanzando aún, con el coraje apremiante que resulta de sacarse los ojos y ver con el corazón, por aquello de los cuervos que entienden su color y sus alas. Pasan los días en páginas escribiendo vida en la lectura… un esfuerzo que al fin hace escala en el Amor. Irreconocible, ataviado de mujer errante, zapateando el meneo de un tango de hermosura, locura y sanación. El volcán erótico de la mujer que se ha entregado irreconocible ante sí, cocinándose… explotando en el hervor de sus células. El camino sigue completo, quebrado, repercutiendo ajustes bruscos con pasos certeros, inequívocos. Se intensifica el danzón… mano en mano, en la cintura, exactos en éxtasis con cada latido. En cada trazo… el vaivén compartido y certero, las vueltas incólumes… y las miradas, suspendidas en el infinito. La comunión de seres simbólicos se arroja despreocupada, excitada… ardiendo en el momento. Y cuál acontece con todo compás, el último presagia el silencio eterno: todo empieza, todo termina. Se anuncia la página final cuál última cena… y se ciñe el ocaso del camino. El paso dado, impregnado en el olfato del todo… huele a amor; huele a vida. Llegará nuevamente la mañana, los latidos humectados, los fértiles compases sin tregua, los respiros de dos que han conocido sus entrañas sin saber quién son ellos mismos, mudos en el Amor… envueltos en el silencio, maravillados ante su concierto, no obstante desgarrados el deseo y el silencio. Cuál genio el Vacío se infla, mañana será otro día. "Todo estaba vacío" nace en el corazón de Pablo Bobbio, pero encuentra ruta y destino en el nuestro. Christopher Fred Smith Behn, author.

Lucido del Alba nació en Argentina, Paraná de las Palmas, en la Isla de los Espíritus (cementerio de los fallecidos por la fiebre amarilla), en el cruce de los ríos Sarmiento y el Lujan. No se sabe en qué año, ya que nunca fue inscripto en el registro nacional de las personas. Su familia lo abandono en las aguas mientras su hogar era inundado, junto a su hermano mayor, en la precaria construcción de madera, quedando atrapados y que sé salvó de ser arrasada por la fuerte corriente de agua. Lo sobrevivió su hermano mayor que tomo cuidado de Lucido, desde la niñez hasta su partida en el año 1991. Lo mantuvo encerrado, en esa habitación cuadrada donde el mobiliario consistía en una mesa cuadrada de diferente tamaño, pero de la misma proporción. Una banqueta de madera, cien cajas de los lápices negros y una enorme pila de papel para envolver, donde Lucido escribía recibiendo sus mensajes telepáticos provenientes de una tele, que funciona a través de un generador a gasolina. Cuando no escribía caminaba alrededor de la mesa. Siendo adulto, repentinamente en un atardecer, decidió cambiar de ruta y camino en línea recta, cargando en una vieja mochila, (que conservo durante toda su vida) sus manuscritos. Con el cargamento de estos papeles, casi desechos por el tiempo, se dirigió a la salida. Desde ese punto de partida y siempre continuando en la misma línea y en la misma dirección, llego a la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay a un pueblo llamado Tres Fronteras, en Puerto Iguazú, provincia de Misiones. Allí lo vieron por última vez. Antes de desaparecer, el guardia de la frontera lo obligo a entregar el paquete con los manuscritos, prohibiéndole el paso, si no lo concedía. Por un error del correo nacional llegaron a manos de un anciano, que los dono a un centro espiritista Kardec localizado en San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires. Uno de los miembros descubrió el valor de estos escritos que hoy se conservan en una caja de cristal junto a su mochila y bajo estricta vigilancia, en el museo que lleva su nombre en los altos del río Paraná de las Palmas, en la zona de Tigre, Provincia de Buenos Aires. Basándose en la idea central de sus creencias, las autoridades del centro Kardec, decidieron romper con el silencio y darlos a publicar en el año 2017, sosteniéndose en sus principios fundamentales que indican como primera causa inteligente, la existencia y unicidad de Dios. Ser divino conjugado con el proceso natural que permite al espíritu volver a encarnar como humano con el fin de evolucionar (sea para perfeccionarse en virtudes, para expiar faltas pasadas o para ayudar a sus semejantes a progresar). Entendiendo que la evolución intelectual del humano solo puede reencarnar tanto en hombre como en mujer. Siendo Dios eterno, inmutable, inmaterial, único, todopoderoso y soberanamente justo y bueno. Bajo las creencias de estas ideas, equivocadas o no, los herméticos textos de Lucido se publicaron por primera vez. En la actualidad se siguen editando de manera artesanal, reconstruyendo y reproduciendo los textos con la mayor fidelidad, seguramente incompletos por su lamentable trayectoria histórica. En algunos casos excepcionales se transmiten a través de la tradición oral más antigua, lo que obliga al receptor a entrenarse de un modo mas sofisticado en el desarrollo de su audición Los miembros de este centro creen firmemente que Lucido el Alba aún sigue vivo, ya que a veces perciben señales de su espíritu, en una forma de frecuencias que dictan sus consignas en el futuro, y a las cuales los miembros activos del centro obedecen de manera incondicional.