Overview
La idea de escribir este libro nació de mi necesidad de volver a agrupar las distintas hipótesis que se me fueron generando a raíz de un conjunto de experiencias clínicas originales y distintas que he vivido en los últimos veinticinco años. Al principio supuse que se trataba de variedades excepcionales de la clínica pero con el tiempo estas formas clínicas del padecimiento de los pacientes se fueron haciendo más habituales en la consulta. Hoy constituyen el núcleo de lo que se denomina “nuevas patologías”, aceptadas por unos y rechazadas por otros.
Como síntesis general, deseo anticipar que mi estudio diferencia nítidamente el “sentimiento de vacío” del concepto teórico “vacío mental estructural”. El sentimiento de vacío, la emoción que puede ser referida por los consultantes y los analizandos en forma directa o indirecta cuando nos hablan de sus estados de ánimo (por ejemplo, “me siento vacío; luego de la separación con mi pareja me siento vacío…”), es un referente empírico que puede o no estar vinculado con el vacío mental estructural.
El vacío mental estructural puede ser definido, sintéticamente y en términos muy generales, como “el hiato que se produce en el psiquismo entre el fondo simbiótico y la estructura narcisista del ser humano”. Se trata de una “estructura psíquica virtual” que se convierte en “real”, es decir, que produce evidencias clínicas, cuando se genera en el mundo interno del individuo una auténtica crisis de separación en el nivel de los vínculos simbióticos preexistentes.
Se devela por la aparición del terror manifiesto, no por la angustia-señal. Las crisis de pánico son su forma manifiesta más común pero las súbitas “explosiones psicosomáticas” son su equivalente. En algunas oportunidades las “muertes súbitas”, como las de origen cardiovascular, ponen en evidencia la invisible ecuación “separación = muerte” que subyace al núcleo de los vínculos simbióticos defensivos (simbiosis secundaria).