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En momentos críticos a lo largo de la Historia de la Salvación, el pueblo de Dios ha sido invitado a consagrarse. Estamos en uno de esos momentos críticos de la historia, y consagrarnos a nosotros mismos, a nuestras familias, a nuestro país y, de hecho, al mundo entero a la Eucaristía, puede marcar toda la diferencia.
33 Días hacia la Gloria Eucarística es la primera Consagración Eucarística de la historia. Este recurso espiritual sin precedentes presenta verdades profundas, hechos históricos asombrosos, poderosos ejemplos prácticos, una virtud diaria que adoptar, oraciones extraordinarias e historias inspiradoras, todo ello en un formato diario fácil de seguir.
La vida es una peregrinación. Es un viaje sagrado hacia nuestro hogar eterno con Dios. Aprende lo que significa ser peregrino en un mundo que intenta constantemente reducirte a un turista y un consumidor. Viaja con la Madre Teresa, San Juan Pablo II, Teresa de Lisieux, Maximiliano Kolbe, Tomás de Aquino, Sor Faustina, los Niños de Fátima y María la Madre de Dios para experimentar a Jesús en la Eucaristía como nunca antes.
Prepárate para una explosión de gracia en tu vida. La gracia es la ayuda que Dios nos da para hacer lo que es bueno, verdadero, noble y correcto. Y no hay mejor manera de recibir la gracia de Dios que a través de la Eucaristía. Durante los próximos treinta y tres días aprenderás cómo estos grandes santos y otros vivieron en la Gloria Eucarística.
Esta extraordinaria guía espiritual cambiará para siempre tu manera de pasar tiempo con Jesús en la Eucaristía.
Esta Consagración es una invitación a dedicarte a Dios y a estar disponible al cien por cien para cumplir Su voluntad en esta tierra. Es un acto de entrega incondicional a Jesús en la Eucaristía, una oportunidad para dejar a un lado nuestras distracciones y egoísmos, dedicarnos abundantemente, de todo corazón y por completo a la voluntad de Dios, y prometer responder fielmente a la gracia de Dios en nuestra vida.
En el libro del Éxodo, después del incidente con el becerro de oro, Moisés vio que el pueblo había perdido el rumbo, así que los convocó y les dijo:
«Conságrense hoy al SEÑOR …para que hoy Él les dé una bendición».
En el Primer Libro de las Crónicas, después de que Dios eligiera a su hijo Salomón como líder, David entregó todo lo que tenía a Dios y al pueblo de Israel. Y luego preguntó:
«Quién de ustedes está dispuesto a ofrecer [consagrar] sus dones al Señor con la misma generosidad».
En el Libro de Josué, el pueblo elegido de Dios entró a la Tierra Prometida después de vagar por el desierto durante cuarenta años. Josué pidió a los sacerdotes que llevaran el Arca de la Alianza ante el pueblo y dijo:
«Conságrense, porque mañana el SEÑOR hará maravillas entre ustedes».
Para el pueblo judío, el Arca del Testimonio era la morada de Dios en la tierra, la presencia de Dios entre ellos. La Eucaristía es Dios habitando hoy entre nosotros. Por eso, hoy te digo, con Moisés, David y Josué… «Conságrate hoy al Señor . . . para que Él te dé hoy una bendición».
33 Días hacia la Gloria Eucarística es la primera guía para la Consagración Eucarística. Los católicos se han consagrado al Corazón Inmaculado de María, al Sagrado Corazón de Jesús, a San José, a San Rafael, a San Miguel Arcángel, a Santa Ana, al Espíritu Santo, a la Medalla Milagrosa, a Nuestra Señora de Guadalupe, la Mediadora de Todas las Gracias, a Nuestra Señora de Fátima, a Nuestra Señora de Lourdes, a Nuestra Señora de Czestochowa, a Nuestra Señora del Monte Carmelo, a Nuestra Señora de los Dolores y a la Santísima Trinidad.
Creo que es hora de consagrarnos a Jesús en la Eucaristía, es hora de una Consagración Eucarística.